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Machu Picchu: el primer destino turístico de emisión cero del mundo

El hermoso Machu Picchu conquista un nuevo hito, ya que pronto será declarado el primer destino turístico certificado de cero emisiones del mundo.

Esta moderna maravilla del mundo, ubicada a una altitud de más de 2400 metros sobre el nivel del mar y con vistas a la sierra sur del Perú, ha logrado reducir tanto las emisiones de Co2 en la zona que se ha ganado este codiciado título. Alcanzar el objetivo de “cero emisiones” llevará en realidad unos pocos años – se tardará hasta 2050 en conseguir el resultado real que se otorga con la certificación firmada por Green Initiative – pero ya ahora los resultados son sorprendentes gracias a un plan de trabajo impecable.

Durante años, de hecho, las fuerzas gubernamentales han estado trabajando desde una “perspectiva verde” hasta hoy, numerosas medidas han sido tomadas aquí. Entre las más importantes están sin duda la construcción de una planta de tratamiento de desechos orgánicos que ha logrado transformar los residuos en carbón natural y la puesta en marcha de una planta de procesamiento de aceites que produce biodiesel y glicerina a partir de aceites vegetales descartados de casas y restaurantes de la zona.

No sólo eso. También se está llevando a cabo un proceso de reforestación, en el que un millón de árboles de especies originales se extenderán por 700 hectáreas de tierra. Todo esto en las laderas de la colina y en las áreas cercanas al sitio arqueológico, haciendo de Machu Picchu un destino turístico ecológico y sostenible y un punto de referencia internacional para todos los demás destinos.

También hay buenas noticias sobre lo que se considera el segundo sitio arqueológico más grande del mundo y uno de los lugares más hermosos del mundo para visitar al menos una vez en la vida. Desde el 1 de noviembre, de hecho, Machu Picchu vuelve a abrirse a los visitantes después de siete meses de cierre debido a la pandemia mundial que ha impuesto un importante freno al mundo del turismo.

La apertura (que en 2019 ya había modificado las normas de acceso) sólo se permite a un número reducido de visitantes o a 675 personas por día (un 30% menos de la capacidad máxima), en cumplimiento de estrictos protocolos de seguridad para preservar la salud de los visitantes y los trabajadores.

Una vez aquí, los viajeros pueden admirar la belleza de todo el sitio, revivir el sueño de la Ciudad Perdida de los Incas, descubrir su cultura y sus tradiciones. Un lugar mágico, dividido entre la zona agrícola y la urbana, separadas entre sí por un foso y un muro. A su vez, estas áreas se dividen en diferentes niveles en un área que se extiende sobre 32500 hectáreas en las laderas orientales de la Cordillera de Vilcabamba.

Escrito por Eduardo Ferrer

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