Las impresionantes y góticas localizaciones de Frankenstein de Guillermo del Toro

Barco Horisont atrapado en hielo ártico con un hombre de pie al frente

La obra de Mary Shelley, "Frankenstein", ha dejado una huella indeleble en la literatura y el cine, llevando a los espectadores a través de un viaje por paisajes góticos y misteriosos. En la última adaptación cinematográfica bajo la dirección de Guillermo del Toro, se exploran una variedad de locaciones que no solo embellecen la historia, sino que también evocan la atmósfera de la novela original. A continuación, profundizaremos en las fascinantes localizaciones y procesos creativos que hicieron posible esta épica narrativa cinematográfica.

El norte ártico: un escenario helado

La película "Frankenstein" comienza en el frío y remoto Ártico, donde el barco de expedición, el Horisont, se encuentra atrapado en el hielo. Este ambiente inhóspito establece el tono dramático de la historia. La producción diseñó y construyó un barco completo en un estudio de Toronto, así como el hielo que lo rodea. La diseñadora de producción Tamera Deverell explica que se inspiraron en las expediciones de Franklin y en los barcos Terror y Erebus.

Para crear el hielo, el equipo experimentó con varios materiales, utilizando una estructura de metal, capas de Plexiglas y espuma de poliestireno, y cubriéndolos con cera y nieve artificial. El barco se montó en un gimbal para simular el movimiento del mar, lo que agregaba realismo a la escena.

Además, algunas tomas, como las escenas de trineo tirado por perros, se filmaron en un lago congelado al norte de Toronto. A pesar de las temperaturas inusualmente cálidas de febrero, el equipo tuvo que realizar chequeos constantes del grosor del hielo para garantizar la seguridad durante el rodaje.

La casa de Frankenstein: un hogar ancestral

La residencia de Victor Frankenstein fue creada a partir de la combinación de varias propiedades históricas en el Reino Unido. Cuatro casas fueron utilizadas para dar vida a este hogar: Gosford House, Burghley House, Dunecht House y Wilton House. Cada una de estas locaciones aportó un elemento único a la narrativa visual de la película.

  • Gosford House: Con su impresionante arquitectura, se utilizó para ofrecer una sensación de grandeza.
  • Burghley House: Conocida por su estilo renacentista, aportó un aire de nobleza.
  • Dunecht House: Este hogar privado fue elegido por su extensa biblioteca, que el equipo reformó completamente para el rodaje.
  • Wilton House: Famoso por su espectacular escalera, se convirtió en un punto focal visual en la película.

En Dunecht House, el equipo tuvo que restaurar el espacio para que se alineara con la época de la película, lo que implicó la renovación del suelo y la construcción de estanterías de libros. Este trabajo arduo valió la pena, ya que el resultado fue un entorno que no podrían haber creado desde cero de manera asequible.

Edimburgo, Escocia: la esencia de lo gótico

Edimburgo, una ciudad rica en historia y arquitectura gótica, también juega un papel importante en la ambientación de "Frankenstein". La película captura la esencia de la capital escocesa, utilizando locaciones como Parliament Square, donde originalmente se ubicaba el mercado en el siglo XIX, y los callejones Writers Close y Bakehouse Close.

La atmósfera de la ciudad, con sus calles empedradas y edificios antiguos, proporciona el telón de fondo perfecto para la historia. Durante el rodaje, el equipo tuvo que trabajar en medio de las multitudes de turistas, lo que hizo que el desafío de capturar la esencia de Edimburgo fuera aún más intrigante.

Además de Edimburgo, el equipo se aventuró a otras ciudades escocesas como Glasgow y Aberdeen. En Hospitalfield House, en Arbroath, se recreó la casa de Henrich Harlander, donde el equipo tuvo que construir un baño específico para la época, dado que no existía un espacio adecuado en la arquitectura histórica local.

El laboratorio de Frankenstein: un diseño meticuloso

El laboratorio de Victor Frankenstein, un elemento crucial en la narrativa, fue inspirado en la Torre Wallace, ubicada en Ayr, Escocia. La construcción del laboratorio se llevó a cabo en Pinewood Toronto y requirió un diseño detallado que incluyó planos, modelado en 3D y una réplica en miniatura de 11 pies. La visión de Guillermo del Toro para este espacio era muy precisa, reflejando elementos simbólicos como el círculo, que representa el ciclo de la vida.

En la construcción del laboratorio, el equipo utilizó una combinación de técnicas y materiales para capturar la estética deseada. La Torre, que se eleva casi 55 metros, se utilizó como referencia para las estructuras externas, mientras que los interiores se construyeron en múltiples sets. El uso de elementos como el círculo de Medusa y una gran ventana de rosetón contribuyó a crear un ambiente inquietante y visualmente cautivador.

Las tomas exteriores alrededor de la torre se filmaron en Escocia, así como en las Montañas Rocosas de Alberta, Canadá, lo que ofreció paisajes deslumbrantes que fueron complementados digitalmente por el equipo de efectos visuales.

Bosques de Europa del Este y la casa del molino

Después de escapar del laboratorio, el Creature se encuentra en un hermoso paisaje boscoso, que fue filmado en el Rockwood Conservation Area en Canadá. Este entorno natural simboliza la conexión del Creature con la naturaleza, a pesar de su origen artificial.

El diseño de la casa del molino, donde el Creature se oculta, fue una tarea compleja. Construida en un rancho al lado de Kleinberg Studios, el equipo utilizó madera real y yeso, lo que dificultó el proceso debido a las bajas temperaturas. Sin embargo, este enfoque contribuyó a un aspecto auténtico y envejecido del edificio.

Como un guiño a la conexión del Creature con la naturaleza, se añadió una escultura del Hombre Verde en el techo de la casa del molino. Este detalle, que surgió en el último momento, fue posible gracias a la intervención personal de del Toro, quien autorizó un presupuesto adicional para su realización.

Conclusión: una obra maestra de locaciones

La adaptación de "Frankenstein" por Guillermo del Toro no solo es un homenaje a la obra original de Mary Shelley, sino también un ejemplo brillante de cómo las locaciones pueden realzar una narrativa cinematográfica. Desde los fríos desiertos árticos hasta las majestuosas casas históricas del Reino Unido, cada lugar elegido añade una capa de profundidad y significado a la historia, haciendo de esta película una experiencia visual y emocional inolvidable.

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