Brunei, que constituye sólo el 1 por ciento de la isla de Borneo y cuenta con menos de 500.000 habitantes, a menudo se ve eclipsada por sus vecinos de la isla, Malasia e Indonesia, que son mucho más grandes. Sin embargo, ignorar al pequeño Brunei tiene un coste, ya que la delgada nación contiene algunas de las selvas tropicales más antiguas del mundo.
Las selvas tropicales de Brunei se han preservado en gran medida gracias a una estricta política de “no corte” que el gobierno implementó en la década de 1990 para combatir la deforestación. Como resultado, sus selvas tropicales abarcan más tres cuartos de su territorio, y el ecoturismo se ha convertido en un nuevo foco de atención para la nación en su intento de diversificar su economía extremadamente dependiente del petróleo.
A pocos minutos del Parque Nacional de Ulu Temburong, el primer parque nacional del país, conocido regularmente como la “Joya Verde de Brunei”, la Eco Aldea de Sumbiling aprovecha estos esfuerzos de preservación a largo plazo y se ha convertido en uno de los principales destinos ecológicos del país.
Sumbiling se gestiona en colaboración con la comunidad local de Iban, situada a orillas del río Sungai Temburong. Permite a los visitantes la oportunidad de explorar las exuberantes y verdes selvas que han venido a definir la vida en este pedazo de Borneo salvajemente virgen.