Hay quienes en verano no pueden evitar disfrutar de unos días de mar, y quienes prefieren descubrir la belleza arquitectónica de un pequeño pueblo rodeado de vegetación. En Capalbio es posible combinar ambas pasiones, sin tener que renunciar a unas vacaciones en la naturaleza.
El pueblo sube una pequeña colina a pocos kilómetros de la costa toscana, rodeado por las colinas de la Maremma. Su posición estratégica y su patrimonio artístico la convirtieron en un punto de referencia durante el Renacimiento, y aún hoy Capalbio cuenta con una riqueza natural y cultural que ha despertado un gran interés entre los visitantes, hasta el punto de ganarse el apodo de “pequeña Atenas”. Describir todas sus maravillas es imposible, pero al menos podemos intentar enumerar algunas de las pequeñas obras maestras que vale la pena visitar.
El pueblo de Capalbio
Capalbio, una de las perlas del Argentario, se ha convertido en las últimas décadas en un destino turístico, tanto por sus playas como por su patrimonio arquitectónico. El antiguo pueblo es, de hecho, un revoltijo de calles estrechas que se cruzan y nos llevan al descubrimiento de hermosos lugares, como la Rocca Aldobrandesca, situada en el corazón del centro histórico y a la que sólo se puede llegar a pie. Su torre cuadrada es de origen medieval, mientras que el Palazzo Collacchioni, junto a ella, es un típico edificio de estilo renacentista. En su interior se encuentra el piano interpretado por Giacomo Puccini durante su estancia en Capalbio.
El pueblo está rodeado por una doble muralla cuya pasarela es muy frecuentada por los turistas. Justo fuera de las paredes, podemos admirar la Nana-Fontaine, una pequeña escultura en forma de mujer de la artista franco-americana Niki de Saint Phalle. Las bellezas de Capalbio no se han extinguido, sin embargo, en los pocos kilómetros cuadrados de su centro histórico. A pocos pasos del pueblo hay otras maravillas por descubrir, como el Jardín del Tarot. Es también una obra artística de Niki de Saint Phalle: es un parque natural poblado de esculturas de hasta 15 metros de altura, cada una de las cuales representa uno de los principales arcanos del tarot.
Las playas de Capalbio
Con vistas al mar Tirreno, la larga costa situada en el municipio de Capalbio es una extensión ininterrumpida de unos 12 kilómetros de arena fina, detrás de la cual se encuentra un típico matorral mediterráneo. En la zona más septentrional, cerca de Porto Ercole y Ansedonia, se encuentra Playa la Torba, caracterizada por una playa oscura y muy popular entre las familias. Al sur descubriremos Macchiatonda, donde también se encuentra el lago Burano y su oasis protegido de WWF. Es una playa muy tranquila y privada, sin duda la más salvaje de la costa toscana. Por último, casi en la frontera con el Lazio, aquí está Chiarone y su exclusiva playa, caracterizada por sus aguas cristalinas que atraen cada verano a las celebridades.